Dirección: Benjamín Ávila
Actores: Teo Gutiérrez Romero, Natalia Oreiro, Ernesto
Alterio, César Troncoso, Cristina Banegas
Género: Drama
Origen: Brasil /España/Argentina, 2011
Duración: 110 minutos
Apta para mayores de 13 años con reservas
Su relato se construye a través de la mirada
de un niño que vive con sus padres, miembros de montoneros, y sus
consecuencias.
Esta historia está basada en parte de la vida del
director Benjamín Ávila (40), como vivió parte de su niñez, y como después del golpe de Estado del 24 de marzo de
1976, el y su familia deciden irse. Regresa
de Cuba con sus padres en 1979, y vivió con su familia de forma clandestina,
hasta debió cambiar el barrio, de escuela y hasta de nombre. Su mundo se fue armando entre el
silencio, la soledad y la incertidumbre, porque sus padres se encontraban
comprometidos en la militancia armada.
Dentro de este relato varios datos fueron cambiados, por ejemplo:
Ávila tenía 7 años, el personaje de Juan (Teo Gutiérrez Moreno), 11 años, vuelve
al país con sus padres montoneros Cristina y
Horacio (Natalia Oreiro y César Troncoso), luego de una serie de
recaudos que toman, además está su hermana una beba Vicky. Ellos viven con una
serie de precauciones después de varios
años de exilio, su casa es como un bunker porque detrás de varias cajas de maní
con chocolate que ellos fabrican se encuentra una escondite para casos de fuerza
mayor.
Él intenta llevar una vida normal, a pesar de llamarse
Juan o llamarse Ernesto (Ustedes se darán cuenta porque), festejando su
cumpleaños de acuerdo a su documento falso. en algún momento fingir el acento
cubano o el porteño, que su abuela (Cristina Banegas) llegue a visitarlo con
los ojos vendados, para no delatar la dirección ante cualquier situación, y
escuchar y ver distinto tipos de discusiones que a ciertas edades no se
comprenden demasiado.
En medio de todo esto Juan conoce a María, una compañera
de escuela que lo moviliza, le hace sentir ese dolorcito de panza que se llama
amor e intentará robarle un beso. También hay otros amores, ideales y lealtad, pero
Juan, su madre, su padre y un tío Beto (Ernesto Alterio), encantador, un
aliado, quien fuera de su casa tiene otro nombre. Ellos debieron vivir en la clandestinidad.
La trama tiene una fotografía impecable, de gran
importancia los distintos planos que
fueron utilizados, escenas muy logradas como por ejemplo la de Oreiro con
Banegas, de un gran dramatismo, también cabe destacar a: Ernesto Alterio (un
tío que cualquiera quisiera tener), César Troncoso y Teo Gutiérrez Moreno (con
su corta edad); hay que señalar un momento de bastante importancia cuando vemos
varios dibujos o ilustraciones animadas, con colores fuertes, a ritmo
vertiginoso, para prestarle mucha atención, porque contiene varias claves.
Está muy cuidada la estética de todo su relato.
Esta historia representa la vivencia de muchos niños
durante la última dictadura militar en Argentina (1976-1983), su relato no deja
de emocionar, el espectador puede tomar partido o no, para analizarla. Algunos espectadores
a pesar de salir apenados, aunque llenos
de amor, tal vez sientan la curiosidad de saber que se siente al comer maní con
chocolate (un pequeño detalle del film).
Mi Opinión: Muy Buena
Por: Susana Salerno
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