jueves, 28 de octubre de 2010

Película: Elegía de Abril

Dirección y Guión: Gustavo Fontán
Actores: María Merlino, Federico Fontán, entre otros.
Género: Drama
Origen: Argentina, 2010
Duración: 64 minutos
Calificación: Apta para todo público
http://www.elegiadeabril.com.ar/

Esta es la segunda de las películas que conforman la trilogía “El ciclo de la casa”: El árbol, Elegía de abril y La casa.
Podemos decir que este director le agrada hacer documentales sobre las familias, con diferentes problemas, realizando un cine empírico; ahora nos muestra una casa y diferentes personajes, que sobreviven entre las sombras y las huellas, de aquel ser que dejó algo y nadie lo conoció, este poeta es Salvador Merlino no vio publicado su último libro, Elegía de abril, falleció cuando éste estaba en imprenta.
Ahora sus hijos, Mary (72) y Carlos (70) mantuvieron guardados durante muchos años en varios paquetes con los libros de su padre en lo alto de un placard, esto están cumpliendo cincuenta años de la muerte de Salvador (1903-1959); es por eso que Mary, está preocupada por la suerte de los objetos acumulados en la casa, decide pedirle ayuda a su nieto Federico para bajar los paquetes.
Pero en el inicio del film, la madre de Fontán anuncia su retiro en pleno rodaje, acá el cineasta muestra el problema y la solución y a los veinte minutos llegan los reemplazos, donde Lorenzo Quinteros será el tío, y Adriana Aizemberg será la madre del director; se muestra la llegada de los actores y sin previo aviso ellos tomarán los lugares de los dos protagonistas.
De esta forma a través de la cámara en mano, vamos recorriendo la casa, mostrando sus paredes, sus cortinas, una máquina de escribir, platos, entre otros objetos, y a través de la cámara nos llega a planos con un estilo fantasmal, de espectros y queriéndole dar algo de misterio; situaciones fuera de foco, reiterativa, una cámara en continuo movimiento, mostrando cada uno de los objetos del lugar y las personas que habitan en esa casona de Banfield, todo termina siendo tedioso, aburrido y soporífero, donde el espectador pese a su corta duración no deja de mirar el reloj y una de las rarezas de este film es la participación de dos actores profesionales como Adriana Aizenberg y Lorenzo Quinteros.

Mi Opinión: Mala

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