jueves, 15 de septiembre de 2011

Película: Splice

Dirección: Vincenzo Natali
Actores: Sarah Polley, Adrien Brody, entre otros
Género: Terror
Origen: Estados Unidos/Francia/Canadá, 2009
Duración: 104 minutos
Calificación: Apta para mayores de 16 años
http://splice.gaumont.fr/

Todo gira en torno a un matrimonio de genetistas Elsa y Clive (Sarah Polley- Adrien Brody), algo rebeldes que desafían los límites legales y éticos al seguir adelante con un peligroso experimento: empalmar ADN humano y animal para crear un nuevo organismo y que les permitan encontrar curas a distintas enfermedades, incluso algunas formas de cáncer.
Ellos siguen con su experimento en secreto, la criatura la llaman Dren (Delphine Chaneac), varios intentos en un principio fallan pero luego se desarrolla rápidamente de un niño deforme en una hermosa mujer; sus cualidades son desconocidas, este ser semi humano comienza a tener emociones, cierta inteligencia, la vida de todos se torno confusa y se transformando lentamente en un triángulo amoroso y deben decidir qué hacer con el mutante.
La película toca varios temas interesantes, uno de ellos es el de la ética y la creación, está en juego la moral, el poder y el destruir al antojo, cuando en algún momento tanto es la pasión por experimentar que nos creemos dios y se pasan los limites, pero ellos también se cruzan con lo desconocido, está el miedo, la desesperanza, la desilusión y el temor; pero el problema está en su desarrollo y ritmo; los dos protagonistas intentan hacer lo que pueden, no resulta del todo convincente, y es una pena.
Dirigida por el canadiense Vincenzo Natali (Cube), los guionistas Antoniette Terry Bryant, Doug Taylor y Vicenzo Natali, tal vez en algún punto quisieron homenajear o recordar “Frankenstein”, o es casualidad que los nombres de los protagonistas Clive Nicoli y Elsa Kast (ellos eran Henry Frankenstein por Colin Clive y Elizabeth por Valerie Hobson, en referencia al clásico de James Whale La novia de Frankenstein en 1935); y su final queda abierto.

Mi Opinión: Regular
Por: Susana Salerno

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