Destino final: Lazos de sangre (2025). Dirección: Adam B. Stein, Zach Lipovsky,
Actores: Kaitlyn Santa Juana, Teo Briones, Owen Patrick Joyner, Rya Kihlstedt,
Anna Lore, Richard Harmon, Brec Bassinger, Max Lloyd-Jones, Andrew Tinpo Lee,
Tony Todd. Género: Terror, Misterio. Origen: Estados Unidos. Duración: 1 hora
50 minutos. Formato: 2D, 4D. Versiones: Subtitulada, español. P 16
Terror, drama y comedia
negra
Esta sexta
entrega comienza ambientada en la década de 1960, cuando una joven pareja que
está muy enamorada: Iris Campbell (Brec Bassinger) y Paul Campbell (Max Lloyd-Jones),
van a la inauguración de un importante restaurante llamada “Skyview” ubicado en
la cima de una inmensa torre de varios metros de altura. El resto de las
personas están alegres, saltan, corren, vemos niños inquietos y una orquesta en
vivo, todo es diversión y una moneda que hace de las suyas. Ellos van a ese
lugar porque ambos deben decirse algo muy especial. Pero Iris tiene una visión
catastrófica prácticamente a lo largo de la jornada y lo que sigue en este
relato contiene efectos especiales increíbles.
Luego, pasamos a
la actualidad. Una joven de unos 18 años, Stefani Reyes (Kaitlyn Santa Juana),
se encuentra estudiando en la Universidad pero no logra concentrarse en los
estudios porque todas las noches sufre pesadillas que están relacionadas con su
abuela Iris. Para entender un poco más viaja para reencontrarse con su familia
y al llegar allí están: su padre Marty Reyes (Tinpo Lee), su hermano Charlie
Reyes (Teo Briones) y después va a visitar a su tío Howard
Campbell (Alex Zahara), su
tía Brenda Campbell (April Telek), sus primos Erik Campbell (Richard Harmon), Julia Campbell (Anna Lore) y
Bobby Campbell (Owen Patrick Joyner).
Las pesadillas de
Stefani están relacionadas con las vivencias de su abuela materna, Iris (interpretada
mayor por Gabrielle Rose), tiene cerca de 80 años, está aislada en una casa en
el medio del bosque para huir de la muerte y esto fue un quiebre para su hija Darlene
Reyes (Rya Kihlstedt), se alejó de todo y abandono hasta sus hijos (Charlie y
Stefani). Cuando Stefani se encuentra con su abuela Iris esta le cuenta que
pasó hace varios años atrás, le entrega una serie de anotaciones y la
explicación de como ella, entre otros, huyeron de la muerte.
Por lo tanto la
Muerte está enojada con Iris por lo que hizo en el pasado, ya que varias generaciones de personas no tendrían
que existir, incluyendo a Stefani y su familia. Entonces todos deben unirse,
para vencer a la muerte y Stefani que es quien tiene las visiones, es la
encargada con la ayuda de todos armando un árbol genealógico, ideando un plan
para salvar la vida de cada uno de esta familia.
Lo que sigue ya
casi lo sabemos; se vienen una serie de muertes espantosas porque desde el 2000
nadie engaña a la muerte, en esta entrega las mismas son ingeniosas, más extravagantes,
bien gore, con mucho humor negro, de gran ritmo, estupendos planos detalles,
montaje, escenas de gran despliegue, con coreografías únicas y algún guiño de
las anteriores, entre otros elementos.
Las actuaciones
son relativamente correctas, cuesta un poco empatizar con la protagonista
interpretada por Kaitlyn Santa Juana y aparece un personaje especial, en una
despedida respetuosa que emociona (esta es la última actuación del actor que falleció
en noviembre de 2024, un homenaje). Esta familia tiene secretos, infidelidades,
rencores, separaciones, confesiones, perdidas, lo principal son los lazos
familiares y restablecer los vínculos. Resulta muy entretenida, ideal para las
nuevas generaciones y los fanáticos del género. Buena
Magia y fantasía
Todo trascurre en isla de Carpathia, un lugar ficticio en una pequeña aldea, donde vive un cazador, Maxim (Willem Dafoe) que fue abandonado por su esposa Dasha (Emily Watson) y quedó al cuidado de su hija adolescente Yuri (Helena Zengel, "Noticias del gran mundo") y tiene a cargo otros niños que fueron abandonados. Ellos se defienden de los Ochi, criaturas peludas, de ojos grandes, (son parecidos a Gizmo de la película “Gremlins”), a quienes consideran sus enemigos y los persiguen.
Una noche en una de esas salidas mientras todos los Ochis huyen, un bebe queda solo, herido y perdido. Quien lo encuentra es Yuri, que lo protege y lo esconde del resto para que no lo maten. Ella lentamente comienza a conectarse con este, a través del sonido encontrando un vocabulario especial y se siente comprometida en llevarlo con su madre para que no muera, deja una nota e inicia un viaje riesgoso para que este pequeño vuelva con su madre y los suyos. En ese road movie de aventuras Yuri se reencuentra con su madre Dasha.
Dasha vive sola, es enigmática, se dedicó a estudiar el comportamiento de los Ochis y tiene bastante información y supo cuidarse a lo largo de varios años. Le muestra a su hija un mapa para que pueda llevar a este bebe a su hogar y Dasha y Yuri restablecen los vínculos que estaban muertos. Mientras Maxim, vestido con su armadura de estilo vikingo y un grupo de jóvenes armados buscan intensamente a Yuri para protegerla.
La historia deja algunas enseñanzas sobre la amistad, el coraje, la naturaleza, el querer al diferente, el amor de familia y cuestiones ambientales, entre otros temas. Pero la historia es demasiado sencilla, poco aprovechada, los actores hacen lo que pueden. Contiene imágenes excesivamente oscuras que no ayudan, la banda sonora tampoco colabora, es lenta y en conclusión termina siendo una fábula aburrida y predecible. Regular
¡Gloria! (2024). Dirección: Margherita Vicario. Actores: Galatéa Bellugi, Carlotta Gamba, Veronica Lucchesi, Maria Vittoria Dallasta, Sara Mafodda, Paolo Rossi, Elio, Natalino Balasso, Anita Kravos, Vincenzo Crea, Género: Música, Drama. Origen: Italia, suiza. Duración: 1 hora 46 minutos P 13
Reflexiva, emotiva
y con buenas actuaciones
Ambientada en el instituto San Ignacio para señoritas huérfanas en Venecia a finales del siglo XVIII, allí se encuentra una joven muda Teresa (Galatéa Bellugi), solitaria, tranquila, quien en su mundo imaginario sueña con una orquesta y cada ruido del lugar lo asocia a la música y las monjas le dicen que realice las tareas de limpieza.
Un grupo de jóvenes en ese lugar forman parte de una orquesta entre coro y solistas quien las dirige es el Padre Perlina (Paolo Rossi), un sacerdote autoritario y compositor agotado y sin talento. Mientras Teresa es una criada debe llevarles agua y cuidar a las niñas, limpiar todo, cambiar las sabanas del Padre Perlina, entre otras actividades y cuando algunos no la ven toca música con instrumentos de percusión mientras varios niños están con ella.
Un día llega al lugar un nuevo instrumento en una misteriosa caja, Perlina la esconde en un sótano de la abadía. Una noche por esas casualidades que tiene el destino Teresa abre esta caja misteriosa y descubre que es un piano y comienza a improvisar música, este sonido termina llegando al oído de las otras jóvenes que conforman la orquesta: Lucía (Carlotta Gamba), Marietta (Maria Vittoria Dallasta), Bettina (Veronica Lucchesi), Prudenza (Sara Mafodda) y luego se incorpora Teresa la autodidacta haciendo blues y pop de piano jazzístico, esto último algo impensado para la época.
El Padre Perlina le anuncia que muy pronto van a recibir la visita del Papa Pío VII y deben sorprenderlo con esta orquesta de señorita, más el coro, pero no logra componer nada, tiene además otras dificultades; las finanzas no están bien, tiene un joven amante que lo utiliza económicamente y aparte esconde un oscuro secreto relacionado con la joven Teresa.
Está historia se encuentra basada en hechos reales. Tiene algunos puntos en común con “La sociedad de los poetas muertos” (1989) de Peter Weir , que se reúnen por la noche en una lugar para escribir poesía y expresar cierta libertad que le prohibían, todos son adolescentes y está presente ese deseo de emancipación. Teresa es una simple sirvienta, no sabe leer el pentagrama, no conoce las notas musicales pero la lleva dentro de ella.
Cuenta con muy buenas actuaciones y varias de ellas sobresalen, en especial la de Paolo Rossi (“Bienvenido al Norte”). La reconstrucción de época, la dirección de arte, el vestuario y la fotografía de Gianluca Palma acompañan con una estupenda paleta de colores, si bien tiene algunos clises y es predecible, emociona y resulta ser bastante divertida. Buena
Todas las fuerzas (2024), Dirección, Guion y producción: Luciana Piantanida, Elenco: Celia Santos, Silvina Sabater, Andrea Garrote. Sandra Chavez Ordoñez, Sadhit Cruzado Crispin, Gabriela Trejo Farfan, Marina Espejo Choque, Victoria Choque Callata, Nieves Torres Colque, Fulvia Almirón Oviedo y Marcelo Estebecorena. Género: Drama. Origen: Argentina. Duración: 1 hora 10 minutos. P13Tiene una mirada social
El relato se centra en Marlene (debuta en el cine Celia Santos) que cuida a una mujer mayor llamada Teresa (Silvina Sabater) quien tiene problemas de memoria y de salud. Al patio de su departamento a diario concurren varias palomas y esto le molesta a Betina (Andrea Garrote) que es la hija de Teresa quien casi a diario visita a su madre. Marlene está preocupada porque no logra comunicarse con su amiga Eli y decide salir por las noches mientras Teresa duerme, (una ciudad que también duerme), la busca por lugares donde estuvo trabajando recorriendo: bares, fábricas, mercados y talleres textiles.
En ese recorrido por los distintos lugares vamos conociendo varios personajes: mujeres migrantes que intentan sobrevivir ejerciendo un sinfín de actividades, siendo explotadas, se cuidan entre sí, mujeres latinoamericanas; bolivianas, peruanas y paraguayas, que también esconden dones sobrenaturales, pero esto tiene un tiente más metafórico.
Si bien su narración va pasando por lugares dentro de lo fantástico, dándole un sentido dentro de lo social, mujeres migrantes que son tomadas como objetos, son invisibilizadas por una sociedad que las margina. Tiene su mirada feminista sobre una clase trabajadora compuesta por mujeres que terminan siendo super heroínas. Se va entremezclando con la ciencia ficción y el drama. Se destaca la fotografía de Gustavo Schiaffino, las tomas aéreas, los diálogos no son solo palabras, son importantes las pausas y los silencios. Buena
Llueve
copiosamente y en la calle no hay un alma. Araujo está refugiado bajo el alero
de un local cerrado. Sobre la avenida se han formado varios charcos; en ese
fragmentado espejo de agua se distingue, deformado, un cartel luminoso. Araujo
levanta la vista y descubre, delante suyo, la fachada del Banco Río. Viernes 13
de enero de 2006. Los francotiradores del Grupo Halcón están a la espera de una
orden. Más de tres centenares de policías diseminados por el lugar aguardan la
voz de su jefe. Miguel Sileo, el negociador, deja diluir las esperanzas de que
Vitette, uno de los líderes de la banda de ladrones que entró a la sucursal del
Banco Río de Acassuso de señales de vida. Las pizzas que había pedido como
condición se habían enfriado. El grupo Halcón recibe la orden y entra: se
encuentran con lo inesperado. Armas de juguete y una veintena de rehenes
asustados los esperan dentro; no hay señales del grupo de ladrones.
Mi Opinión: Primero se observa una breve semblanza para
conocer a Luis Mario Vitette Sellanes (Guillermo Francella), un ladrón astuto,
profesional y que puede financiar los
gastos de la operación. A través de un amigo en común se encuentra con Fernando
Araujo (Diego Peretti), que ideó el plan, para cometer “el robo del siglo” al
Banco Rio de la sucursal de Acassuso, en San Isidro, en el 2006 y luego se irá
integrando el resto de los ladrones.
La trama se
encuentra basada en hechos reales, aunque algo ficcionado, sobre un
acontecimiento que tuvo una gran repercusión
y mucho se relató en los medios por la forma que se realizó y pensó.
Además trascendió debido a que se llevaron un botín de millones y millones de
dólares, la mayoría compuesto por cajas de seguridad, fue bien pensado,
desconectaron las alarmas, ridiculizaron y se rieron de quienes estaban a cargo
del operativo, entre otras cosas. Se dieron sus tiempos porque dejaron un
cartel colgado en la bóveda que decía - “Sin armas ni rencores, en barrio de
ricachones, es solo plata y no amores”.
Por varios
motivos algunos espectadores tuvieron cierta empatía con los ladrones, ya
que a los bancos se los recuerda por el
corralito del 2001, sus usuras en las finanzas, por eso tal vez se pueda
aplicar un dicho popular “ladrón que roba a ladrón, cien años de perdón”. Otros de los datos que se tuvo en cuenta fue
que no usaron armas de fuego reales, no hubo heridos y trataron bien a los
rehenes, entre otras reseñas.
Aquí el director Ariel Winograd (Mamá se fue de
viaje, Permitidos, Sin hijos) hace que cada uno de sus personajes se luzca, la
hace amena, de buen ritmo y tiene muchos toque cómicos, además le da sus
momentos de emoción entre padre e hijos, entre otras escenas. Las situaciones
jugadas entre Diego Peretti y Guillermo Francella están bien y tienen buena
química, aunque Francella le da buenos matices y tiene un plus más arriba. El
policía negociador se encuentra correctamente interpretado por Luis Luque, al
igual que Mario Alarcón, entre otros. Nos encontramos con un cine de género,
entretenido, con toques del clásico grotesco, con un tono muy picaresco y
varios elementos del costumbrismo argentino. La música funciona bien (temas de
Andrés Calamaro, Frank Sinatra y The Kinks, entre otros). Casualmente este 13
de enero se cumplen 14 años del hecho. Buena.
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