Nacho Cáceres (Daniel Loisi) es un ex futbolista de Nueva
Chicago que está metido en su mundo, entre el suplemento deportivo y la radio,
siguiendo el campeonato. En medio de esa atmósfera de aparente desencuentro
está ella, su esposa, (Laura Manzaneda) la que lo baja a la realidad, la que le
muestra que se gastaron todo lo que tenían, que no pueden pagar las cuentas y
por sobre todas las cosas que ya no queda nada para comer. Esta obra pretende
mostrar a través de estos dos personajes una historia más de una típica pareja
de clase media que descendió, que pasó a
formar parte de los que perdieron. Esta situación fue vivida por mucha gente a
partir de la crisis de 2001 y más allá de un cierto período que como quedó
demostrado fue decididamente propiciador de caminos de ascenso social, todo
indica que se está produciendo un retroceso muy importante en ese sentido. Esto
es lo que nos trae “Los hambrientos del sur” la excusa perfecta para mostrar a
partir de los conflictos de esta pareja, un conflicto aun mayor y es aquel que
sufre una persona cuando siente que está dejando de pertenecer a su clase, que
todas aquellas puertas que antes se le abrían ahora se le cierran. Las
actuaciones de Loisi y Manzaneda están a la altura del texto y lo desarrollan
con solvencia, acompañados por una mesa y dos sillas que ofician de
escenografía.
Una obra necesaria en estos momentos en los que es
imprescindible echar mano del pensamiento crítico, aquel que nos ayuda a
entender donde estamos parados.
Dos palomas, de
Walter Ferreyra Ramos, con Gonzalo Moreno y Fiorella Fidani.
A través de dos palomas Walter Ferreyra trata de poner
sobre el escenario, que entiende él por la “Grieta” mientras aprovecha para
repasar parte de la historia argentina de la cual la “Plaza” fue un mudo
testigo. Por ella desfilan: Perón y Evita, las Madres y ese militar alcohólico
que pensó que su delirio bélico iba a llegar a buen término. Con claras referencias a la difícil situación Política, social y
económica por la cual atraviesa el país, Ferreyra toma posición al respecto y
no intenta en ningún momento disimularla. Es una obra que recurre en todo
momento al humor para mostrar una faceta de la realidad que no es para nada risueña.
Para destacar los trabajos de Gonzalo Moreno Y Fiorella Fidani, que despliegan
un trabajo impresionante desde lo físico y lo actoral, utilizando todo su
oficio para lograr que esas palomas logren su cometido que es llevar el mensaje
a la platea y lo logran.
Este ciclo de obras breves que lleva por título “Teatro
Desocupado” es un ciclo imprescindible en este momento, en el cual no se ven
muchas expresiones que se alcen en contra de este sistema de dominación
ejercido hoy por un gobierno que ha tomado el Estado como si el mismo fuera una
empresa, que ha avasallado derechos y conquistas que costó mucho conseguir y
que todo indica que van en camino a seguir retrocediendo en el tiempo
intentando refundar la República conservadora de principios del siglo XX. Los
medios hegemónicos son cómplices de este estado de cosas, por lo tanto es
saludable que ciclos como estos, que nos recuerdan al teatro de Barletta, se
multipliquen.
Por: @susanasalerno1
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