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jueves, 17 de septiembre de 2009

Película: Las flores del cerezo

Dirección: Doris Dörrie
Actores: Elmar Wepper, Hannelore Elsner, Aya Irizuki, Maximilian Brückner
Género: Drama/Romantico
Origen: Francia/Alemania, 2008
Duración: 127 minutos
Calificación: Apta para todo público

Este film es de la escritora y directora Doris Dörrie nacida en Alemania se caracterizo en sus películas y en sus libros a tocar temas del papel del hombre y la mujer en la sociedad contemporánea.
En esta oportunidad nos cuenta la vida de una pareja con varios años de casados con hijos, ella es Trudi Angermeier (Hannelore Elsner) es la única que sabe que su marido Rudi Angermeier (Elmar Wepper) está gravemente enfermo de cáncer, siguiendo el consejo de su médico deciden hacer un último viaje juntos.
Él trabaja en una oficina de transporte, es rutinario, tranquilo, debe comer una manzana por día pero en cambio suele dársela a su compañero de trabajo; su esposa siempre quiso conocer Japón e ir al monte Fiji.
Trudi convence a su marido de hacer el viaje y van a visitar a sus hijos y nietos a Berlín, quien los pasa a buscar por la estación central es su hijo Klaus Angermeier (Felix Eitner), allí también esta su hija Karolin Angermeier (Birgit Minichmayr) que no se lleva muy bien con ellos, no lo ven muy bien porque es lesbiana; por una serie de conflictos con sus hijos deciden marcharse y pasar unos días en un hotel en la costa del mar Báltico.
Pero Trudi muere, él se siente perdido shoqueado, ahí decide viajar a Tokio a casa de su otro hijo menor Karl Angermeier (Maximilian Brückner) este es adicto al trabajo y no tiene tiempo para dedicarle a su padre, es ahí cuando Rudi comienza a recorrer Tokio una ciudad muy grande pero él va dejando señales por diferentes lugares para poder regresar en esos paseos conoce a una adolescente Yu (Aya Irizuki) una artista y bailarina de danza Butoh; todo bajo el marco de las flores del cerezo (un árbol típico del lugar)
Así va descubriendo otras tradiciones, experiencias, el arte, la belleza de la naturaleza, la solidaridad, la amistad, encuentra la paz ante el Monte Fiji y a través de lo espiritual la hace participe a su esposa aunque esta este muerte.
No contiene golpes bajos, con una estupenda dirección de arte, bien contada, una gran fotografía, por momento hay encuadres teatrales, con interesantes silencios, un importante movimiento corporal, es tierna, emociona y posee un guión inteligente que aprovecha la oportunidad para marcar la diferencia que podemos encontrar entre la cultura occidental y oriental.

Calificación: Excelente

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